Ya en el siglo XX (años 80) las obras urbanísticas de su entorno acabaron con su manantial, secando la fuente y dejándola en un lamentable estado de abandono, prácticamente invisible e inaccesible, en medio de una rotonda.
Recientemente (año 2013) ha sido restaurada y colocada donde la vemos ahora, bien visible cerca de su ubicación original, con su inscripción de 1870 (aunque, eso sí, sin el agua "ferruginosa" de antaño).
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